Han pasado casi dos meses desde que partí este viaje… Miro hacia atrás este blog con todo el registro de las “Huellas del Camino”, mis cuadernos de notas, con los que me sentaba a escribir en un café, en una plaza, en mi cama y me sorprendo todo lo vivido…Son imágenes, sensaciones, personas, lugares, atmósferas, emociones y vivencias internas de gran intensidad y plenitud .
Ya es tiempo de regresar a Chile, a mi casa, aunque la sensación de casa ahora la llevo siempre conmigo… Allí me esperan mis hijos, mis padres, mis amigos y amigas y también mis apegos… Son parte de mi ser también.
He recorrido un largo camino…Han sido caminos diversos, algunos asfaltados, urbanos, otros naturales, llenos de otoño, de humedad, de luces y sombras; he subido montañas, cruzado valles y todo con los ojos y el corazón bien abiertos…
Atravesé mil puertas, pero sin duda este viaje entero ha sido, (como lo vislumbré al inicio), el traspaso de un nuevo gran umbral en mi vida… Otro umbral del “camino del héroe” , ese que tenemos que recorrer todos, a lo largo de la vida, para hacernos personas. Por eso ahora vuelvo a casa, renovada, limpia y más clara sobre cómo seguir adelante…
Al final, desde Assis, volví de paso a Roma a despedirme de Piazza Navona y los amigos. Tampoco pudo faltar el tirar la moneda en Fontana di Trevi, como me lo pidiera mi amiga Alejandra Fergadiott. Siempre los ritos (cuando tienen sentido) son importantes…
Y finalmente Madrid, para tomar el avión… Ya la ciudad se había iluminado para Navidad y Reyes, toda la gente en las calles, estaba alegre por las Fiestas…Yo venía a las mías… Junté mi equipaje, recorrí los afectos y besé los rincones que descubrí en este tiempo y me despidí en la esquina de Alcalá con la Virgen de los Peligros… (sería símbolo o presagio de algo que viene? No, no creo, son estos españoles que le ponen siempre una cuota de dolor o culpa al mucho goce…)
Ya estoy al otro lado…
En la noche cambié de mundo… miré por la ventanilla del avión . Había un cielo estrellado, una luna creciente amarilla y me di cuenta de algo… ya no estaba más la “estrella polar” que contemplaba Sn. Francisco, ahora era “la cruz del sur” la que guíaba el camino…
Fin del viaje… Mis mujeres bellas, mis amores me están esperando… Paula y mi mamá me han ido a recibir al aereopuerto … qué emoción volver a abrazarlas después de tanto tiempo, ya me hacían falta…
Todo está bien y calmo en casa, aunque Santiago se siente ruidoso y agitado…
Ya es tiempo de descansar del trayecto. Dejar las sandalias, como lo hizo Francisco, y detenerse para contemplar e integrar lo vivido.
También ya puedo sacarme las “alas”…
Recuerdo ahora que Caroline Ward, la creadora de “las 4 Caras de la Mujer”, (http://www.liderazgoyamor.com/), antes de partir ella a Australia y yo de viaje, me regaló simbólicamente “alas”, para que volara alto… Fue de verdad una inspiración … Esas alas me sirvieron e hicieron volar confiada y sin miedo… (Luego encontré unas de verdad en Montserrat y no pude dejar de comprármelas! No son geniales?).
Así que aquí están ahora, colgadas, descansando en mi pieza,… pero sólo por un rato, el camino sigue…
Pronto será la India… Ahí nos volveremos a encontrar!
Agradezco profundamente todo lo vivido!
Mucho Amor y Om shanti (paz) a todos!
1 comentario:
Que hermosas tus historias !!!!! Vengo leyendo desde arriba (India).
Que lindas vivencias .... que recuerdos espectaculares!!! Me detuve aqui, y me enamoré de estas preciosas alas!! También tengo un par de ellas, firmemente atadas a mi alma, que me llevan hasta donde mis pies no me pueden transportar !
Gracias por compartir tanta belleza, alegría .... tantas maravillas !!!!
Un afectuoso abrazo!!
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