“Regresé de mis viajes, navegué construyendo la alegría…” dice una inscripción a la entrada de la casa de Neruda en Isla Negra.
Siempre me atrajo esa frase. Recuerdo que la tuve por años escrita en la puerta del closet de mi pieza de soltera, cuando aun no sabía que los viajes serían parte importante de mi vida… los viajes externos por paisajes lejanos y también los internos…por parajes del alma.
Hoy me volvió a aparecer, en este momento de cierre y de regreso a casa. Hoy regreso a quedarme, después de casi 5 meses de peregrinaje…primero sola en Europa y luego con mis hijos por la India. Ya hace un tiempo que volví, pero como siempre, el cuerpo llega primero y el alma se toma su tiempo. ..
Partí este tiempo de viajes hablando que cruzaba un umbral…y así fue…sólo que crucé muchos umbrales. Hoy me siento diferente.
Me siento tranquila, sé que soy peregrina, pero hoy sobretodo me siento habitante del mundo… con confianza en la tierra, en el ser humano, en lo supremo que está siempre ahí, abriendo y mostrando los caminos, siempre que uno esté dispuesta a verlos y tomarlos….
Hoy me volvió a aparecer, en este momento de cierre y de regreso a casa. Hoy regreso a quedarme, después de casi 5 meses de peregrinaje…primero sola en Europa y luego con mis hijos por la India. Ya hace un tiempo que volví, pero como siempre, el cuerpo llega primero y el alma se toma su tiempo. ..
Partí este tiempo de viajes hablando que cruzaba un umbral…y así fue…sólo que crucé muchos umbrales. Hoy me siento diferente.
Me siento tranquila, sé que soy peregrina, pero hoy sobretodo me siento habitante del mundo… con confianza en la tierra, en el ser humano, en lo supremo que está siempre ahí, abriendo y mostrando los caminos, siempre que uno esté dispuesta a verlos y tomarlos….
Como el mítico Viaje del Héroe, hoy vuelvo a casa, más ligera de equipaje pero llena en el alma, llena de contento y de paz, con los brazos abiertos para abrazar la vida que me toca ahora.
Primero el viaje sola, y luego éste ultimo con los hijos fueron viajes bastante iniciáticos… Cruzamos mares, montañas y desiertos descubriendo lo que cada uno tenía que descubrir.
Quizás cuánto tiempo necesitaremos cada uno para decantar todo lo vivido estos meses. Difícil dimensionarlo, pero hoy y ahora, al terminar esta aventura, me doy cuenta que, ha sido una de las experiencias más importantes de mi vida.
Gracias a la vida que me dio la oportunidad de hacerlo. Primero viajar sola y luego con mis hijos. Gracias también a ellos. Gracias a cada uno por aceptar la invitación, por creer y atreverse a esa aventura a que los invitaba, la aventura de abrirnos a lo que ocurriera, porque no había nada escrito. De verdad íbamos sin libreto y era un tremendo riesgo.
Y fueron valientes, y fuimos valientes, porque yo también tenía miedo… sin embargo en mi siempre había algo más fuerte que me decía: Si, está bien, Hazlo!
Ese viaje que en muchos momentos pensé que había sido una “terrible idea” , como nos decía Nageendra, nuestro chofer indio, hoy siento que fue la mejor idea, con todo lo bueno y también todo lo difícil que pasé y pasamos; con todo lo luminoso y lo “dark”, como es la propia India.
Gracias de nuevo a Dios, a la Diosa, a la Vida…
Gracias porque aprendí a conocerme más, a aceptarme, a mirarme con amor y respeto mis miedos, mi fragilidad. Gracias luego porque con cada uno de mis hijos nos conocimos más, porque aprendimos a mirarnos con nuevos ojos, a comprendernos y querernos tal y cual somos… cada uno aprendió tanto de si, del otro, del mundo, que sin duda volvemos distintos, aunque aun no sepamos claramente en qué… nuestra historia compartida también se transformó.
Con todo ya sellado en los sentidos, en la mente, en el corazón y en el alma…
hoy vengo renovada a continuar el camino. Mi camino en casa, en mi país, atenta y alerta a escuchar lo que el universo quiere de mi en esta nueva etapa….
Primero el viaje sola, y luego éste ultimo con los hijos fueron viajes bastante iniciáticos… Cruzamos mares, montañas y desiertos descubriendo lo que cada uno tenía que descubrir.
Quizás cuánto tiempo necesitaremos cada uno para decantar todo lo vivido estos meses. Difícil dimensionarlo, pero hoy y ahora, al terminar esta aventura, me doy cuenta que, ha sido una de las experiencias más importantes de mi vida.
Gracias a la vida que me dio la oportunidad de hacerlo. Primero viajar sola y luego con mis hijos. Gracias también a ellos. Gracias a cada uno por aceptar la invitación, por creer y atreverse a esa aventura a que los invitaba, la aventura de abrirnos a lo que ocurriera, porque no había nada escrito. De verdad íbamos sin libreto y era un tremendo riesgo.
Y fueron valientes, y fuimos valientes, porque yo también tenía miedo… sin embargo en mi siempre había algo más fuerte que me decía: Si, está bien, Hazlo!
Ese viaje que en muchos momentos pensé que había sido una “terrible idea” , como nos decía Nageendra, nuestro chofer indio, hoy siento que fue la mejor idea, con todo lo bueno y también todo lo difícil que pasé y pasamos; con todo lo luminoso y lo “dark”, como es la propia India.
Gracias de nuevo a Dios, a la Diosa, a la Vida…
Gracias porque aprendí a conocerme más, a aceptarme, a mirarme con amor y respeto mis miedos, mi fragilidad. Gracias luego porque con cada uno de mis hijos nos conocimos más, porque aprendimos a mirarnos con nuevos ojos, a comprendernos y querernos tal y cual somos… cada uno aprendió tanto de si, del otro, del mundo, que sin duda volvemos distintos, aunque aun no sepamos claramente en qué… nuestra historia compartida también se transformó.
Con todo ya sellado en los sentidos, en la mente, en el corazón y en el alma…
hoy vengo renovada a continuar el camino. Mi camino en casa, en mi país, atenta y alerta a escuchar lo que el universo quiere de mi en esta nueva etapa….