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9.6.10
3.2.09
Mi refugio chilote se llenó de flores
Publicadas por Carmen Pinto a la/s 7:58 p. m. 0 escribe y manda señas
17.7.08
Regresé de mis viajes....
Hoy me volvió a aparecer, en este momento de cierre y de regreso a casa. Hoy regreso a quedarme, después de casi 5 meses de peregrinaje…primero sola en Europa y luego con mis hijos por la India. Ya hace un tiempo que volví, pero como siempre, el cuerpo llega primero y el alma se toma su tiempo. ..
Partí este tiempo de viajes hablando que cruzaba un umbral…y así fue…sólo que crucé muchos umbrales. Hoy me siento diferente.
Me siento tranquila, sé que soy peregrina, pero hoy sobretodo me siento habitante del mundo… con confianza en la tierra, en el ser humano, en lo supremo que está siempre ahí, abriendo y mostrando los caminos, siempre que uno esté dispuesta a verlos y tomarlos….
Primero el viaje sola, y luego éste ultimo con los hijos fueron viajes bastante iniciáticos… Cruzamos mares, montañas y desiertos descubriendo lo que cada uno tenía que descubrir.
Quizás cuánto tiempo necesitaremos cada uno para decantar todo lo vivido estos meses. Difícil dimensionarlo, pero hoy y ahora, al terminar esta aventura, me doy cuenta que, ha sido una de las experiencias más importantes de mi vida.
Gracias a la vida que me dio la oportunidad de hacerlo. Primero viajar sola y luego con mis hijos. Gracias también a ellos. Gracias a cada uno por aceptar la invitación, por creer y atreverse a esa aventura a que los invitaba, la aventura de abrirnos a lo que ocurriera, porque no había nada escrito. De verdad íbamos sin libreto y era un tremendo riesgo.
Y fueron valientes, y fuimos valientes, porque yo también tenía miedo… sin embargo en mi siempre había algo más fuerte que me decía: Si, está bien, Hazlo!
Ese viaje que en muchos momentos pensé que había sido una “terrible idea” , como nos decía Nageendra, nuestro chofer indio, hoy siento que fue la mejor idea, con todo lo bueno y también todo lo difícil que pasé y pasamos; con todo lo luminoso y lo “dark”, como es la propia India.
Gracias de nuevo a Dios, a la Diosa, a la Vida…
Gracias porque aprendí a conocerme más, a aceptarme, a mirarme con amor y respeto mis miedos, mi fragilidad. Gracias luego porque con cada uno de mis hijos nos conocimos más, porque aprendimos a mirarnos con nuevos ojos, a comprendernos y querernos tal y cual somos… cada uno aprendió tanto de si, del otro, del mundo, que sin duda volvemos distintos, aunque aun no sepamos claramente en qué… nuestra historia compartida también se transformó.
Con todo ya sellado en los sentidos, en la mente, en el corazón y en el alma…
hoy vengo renovada a continuar el camino. Mi camino en casa, en mi país, atenta y alerta a escuchar lo que el universo quiere de mi en esta nueva etapa….
Publicadas por Carmen Pinto a la/s 8:18 p. m. 2 escribe y manda señas
15.5.08
INCREDIBLE INDIA!
Cerca de 5 semanas hemos recorrido este país. Ya es tiempo de volver. Dejamos atrás tantas cosas de las que no hubo tiempo para contar, pero que quedan grabadas a fuego, en los ojos y en el alma.
Dejamos atrás nuestros últimos destinos: Varanasi y Rishikesh, dos ciudades unidas por el paso del Ganges.
Varanasi aterra, sorprende, maravilla, molesta y embriaga porque es todo lo sutil y lo material de la vida, pero sobretodo lo más imperfecto y lo más bello del ser humano juntos. Es sin duda una pasada por el Infierno, no siempre con salida al cielo… Hay que estar centrado y en silencio un rato para decantar ese paso…quizás ese Cristo en posición de Buda, encontrado en una iglesia cristiana, nos puede dar alguna respuesta.
Igual siempre vale la pena venir, porque tiene esa capacidad de conectarnos descarnadamente con la vida y con la muerte en esta tierra.
Pero el cielo parece estar río arriba...
Allá a los pies de los Himalayas, a unos 100 kms de donde nace el Ganges está Rishikesh. La elegimos para despedirnos. La ciudad de los “rishis”, los maestros yoguis que bajaron de las montañas, a compartir sus enseñanzas reveladas después de experiencias intensas de meditación. Hoy es un pueblo centrado en el estudio del Yoga, donde llegan de todas partes a estudiar y retirarse en ashrams sembrados a lo largo del rio. Aquí el Ganges corre limpio y suave en medio de un cajón de montañas y bosques. Es un centro bastante internacional, donde los indios comparten la vida con personas de todo el mundo que han llegado buscando también un espacio de paz… Se está bien, a ratos algo New Age como Pushkar, pero la verdad es que es un lugar grato para nosotros occidentales. Se vive en paz, y sin apuro, con bellos lugares para descansar, caminar o meditar, buenas librerías, cafés y restaurants con comidas “normales” y “non veg”, paseos, tiendecitas y de todo un poco…
Pasamos días de calma; fueron buenos para descansar y decantar el viaje… estuvimos relajados, cercanos y libres y amorosamente entendiendo más todo...
Y así para despedirnos, en un día de sol tibio, bajamos a la orilla y en una playa de arena blanca y limpia nos sumergimos en el río, ofreciéndonos a la diosa Ganga y agradeciendo todo lo vivido y el poder haber llegado hasta allí… además los tres juntos.
Bella forma de cerrar nuestro viaje.
Llegó el día de dejar India. Nos dejó el taxi en el aereopuerto de Delhi atochado de gente. Eran miles de personas que se mezclaban y trataban de entrar en unas gates improvisadas donde controlaban los pasajes para que entraran sólo pasajeros (como será la cantidad de gente)…Después de esa cola venía otra y otra para las maletas, para la policía etc…etc…parece que todo el mundo había decidido viajar ese día. Por ahí algún uniformado trataba de ordenar lo imposible… La humanidad más diversa se había juntado; las líneas aéreas mas desconocidas anunciaban sus viajes a ciudades también extrañas (y nosotros los chilenos que seguimos creyendo que somos el centro del mundo…) Era de verdad el infierno y la prueba máxima de tolerancia a la angustia y la impaciencia. Paneles que achicaban más aun el espacio, anuncian “estamos trabajando para usted”, mientras más de una rata aparecía entre los escombros y viajeros… No quedaba más que reirse …
Finalmente, mientras este verdadero “mar humano” se movía sin moverse en un pasillo interminable del aereopuerto, en la pared del fondo advierto un afiche monumental que dice “Incredible India”…
Sí, así es India, simplemente increíble!
Publicadas por Carmen Pinto a la/s 11:45 a. m. 1 escribe y manda señas
28.4.08
"Indian railways".... hay que vivirlos!
Este tramo quisimos hacerlo en tren. Una nueva experiencia que no podíamos dejar de vivir y la elegimos con todo: Tomar un tren dormitorio entre las ciudades más simbólicas de la India. Si, quisimos experimentar esa leyenda de los trenes indios, esa imágenes que todos tenemos de trenes repletos de gente, donde se puede encontrar cualquier cosa.
Nos recomendaron eso sí tomar boleto en 2ª A/C. No, nunca tan “aperrados”, no íbamos a viajar en el techo como se ve en las películas. Así que con la imagen fresca del film de Wes Anderson: Viaje a Darjeeling, decidimos partir.
Llegamos a la antigua estación de Calcutta, una estación enorme y con estilo, del tiempo de esplendor inglés, hoy modernizada en sus letreros luminosos y electrónicos pero no en sus costumbres.Decididos a esperar largas horas, (tomábamos el tren en la noche) buscamos la Custodia de maletas para movernos mas libremente. Primer impacto: En el mesón, un letrero advierte no dejar alimentos o cosas de valor, por las ratas… Igual confiamos que no será tanto el tiempo como para ser víctimas de ellas y nos vamos a recorrer.
Entramos al Hall de la Estación, el que se ve bastante organizado. Empezamos a mirar la vida que allí ocurre, fascinante como en general las estaciones, pero ésta es mucho más…
Nos encontramos con un mundo infinito de gente; las sillas o asientos insuficientes no impiden que ellos descansen. Grupos sentados en el suelo, reunidos seguramente en familia, con sus bultos alrededor, conversan y comparten animadamente, comen, juegan cartas o esperan apaciblemente su hora de partir. Otros más cansados extendieron alguna frazada o chal y se han tendido en el suelo a dormir. Vestimentas de las más diversas, colores y credos los distinguen. Todos caben, todo convive como siempre en este país, donde todo se integra.
Cada cierto rato, grupos avanzan apurados hacia algún destino como lo haremos nosotros…Miro los bultos y cargas que pasan y pasan. Acarrean las cosas más diversas y siempre en gran cantidad: cajas de metal, canastos, botellas, jarros plásticos, paquetes enormes siempre envueltos en género y escritos a manos con grandes letras negras, amarrados con cordeles o cocidos y llenos de timbres y lacres…es un espectáculo gráfico…son bellos!
Pasan las horas y ya va oscureciendo, estamos cansados, …ya hemos hecho todo lo que la estación provee, …paseado, tratado de comer algo, usado el baño inmundo, leído los libros de algún bagwhan…Traigo un “café espresso” que anuncian en un puesto modestísimo para aliviar la espera, (el que pueden imaginar que no es el que tenemos en mente), pero mis hijos ya no tienen humor…me quieren matar….Parece que sólo queremos partir. Ya es tiempo de acercarse al andén.
Nos acercamos pero el anden esta repleto de gente, de bultos… avanzamos asustados, cada uno pensando en silencio, cómo haremos para subir …nadie a quien preguntar, todos avanzan y ellos si saben donde ir,nosotros no. De pronto alguien si nos ayuda y nos guía hasta nuestro tren, a nuestro carro ….y llegamos a una zona del anden donde por suerte si podemos subir…. Que maravilla! existe nuestro coach, nuestros números y asientos! Son literas, separadas por cortinas, iremos 4 personas. Matías queda separado por un pasillo… Adentro ya es otro mundo. Con la Paula nos tocará compartir la noche con un señor que gentilmente me ofrece dormir abajo paralelo a la Paula y el se irá en la de arriba, lo que acepto encantada… Es un señor muy cortés y educado, profesor de geografía de la Universidad de Calcutta que va a dar clases a Varanasi. Hace su cama y su habitat arriba donde come y pasa gran parte del viaje tapado y rezando sus oraciones. Parece que es musulmán.
De verdad estamos muy bien dentro… Nuestro sleeper train, está excelente. Con un buen Zotran en el cuerpo, viajamos toda la noche y dormimos de maravilla, después de la pequeña espera en el infierno… Llegamos en la mañana a Varanasi. Hemos pasado la 1ª gran aventura de los Indian railways y salimos airosos…
Tanto que hablan y no es para tanto…
Así ya “cancheros”, y creyendo controlarlo todo, decidimos tomar otro tren más adelante. Esta vez fue Delhi – Haridwar, para ir a Rishikesh, nuestra última etapa del viaje. Este tren sin duda era muy fácil. En la mañana y un viaje de apenas 4 horas. “No problem”, como dirían ellos.Ese día partimos al alba. El taxi nos deja en la estación. Está prácticamente oscuro. La gente aun durmiendo en la calle y en la entrada de la estación. No son pasajeros, son personas que no tienen donde vivir. Entre la bruma y el smog que siempre hay en Delhi, el paisaje toma una atmósfera algo fantasmagórica. Entramos a la estación y ya hay gente, miramos los letreros y todo parece claro, nuestro tren, el anden, todo. Además venimos solo con un bolso, lo que facilita el traslado…siempre hay que subir y bajar muchas escaleras para llegar a los andenes. (Ya nos sentimos expertos).
Pero la niebla está densa y empezamos a preguntar. Los “señores de chaqueta negra” que nos habían dicho son los encargados de la estación, brillan por su ausencia…Nadie sabe nada. Pregunto en el kiosko de diarios cual será el anden y me dice que ha cambiado, debemos volver a subir y caminar…Alguien nos dice que debemos buscar nuestros asientos en las “hojas blancas” que están en alguna parte…quizás donde…Empezamos a inquietarnos…los letreros solo aparecen en hindi y de verdad es común que cambien el numero de anden con toda tranquilidad…nadie se inmuta. Nadie habla inglés, los papeles blancos, ni nuestros asientos aparecen en ninguna parte o no los encontramos, vamos a perder el tren… Ya hay muchos trenes llegando y saliendo y el movimiento de gente aumenta…la niebla y oscuridad siguen.
El anden efectivamente ha cambiado… (al entrar ya me parecía todo demasiado ordenado para ser indio) …Luego un señor nos dice que nuestros pasajes indican que estamos en WL o sea “waiting list”... waiting list de que? O sea no tenemos pasajes, la angustia aumenta, vamos a perder el tren….qué hacemos, donde ir, a quien preguntar más?….hasta que aparece de pronto un verdadero Cristo, forrado en un trapo blanco, con un turbante rojo y una pulsera de bronce en el brazo que parece una insignia "oficial" de la estación. El nos ayudará… Nos lleva por fin a otro anden, que ha cambiado nuevamente y en una pizarra vemos finalmente los papeles blancos, Si existían! Y ahí ESTAN NUESTROS NOMBRES Y NUMEROS DE ASIENTOS …Que maravilla! Existimos y tenemos coach y asientos numerados, como nos habían ofrecido cuando los compramos. Al fin y al cabo así es este país, uno se asusta con el caos pero no te engañan…
Ya esta todo bien. El Xto nos acompaña hasta nuestro vagón. Nos deja instalados y por su puesto nos pide su propina, propina que nunca había dado con tanto agradecimiento. Nos tranquilizamos y disponemos a partir. Nuevamente aquí adentro del tren está todo bien. Hay incluso servicio de desayuno, modesto pero cuidado y finalmente nos podemos relajar. Tenemos 4 horas para disfrutar.
Hacemos un viaje estupendo. Llegamos en hora y listos para tomar el bus a Rishikesh, un bus deliciosamente destartalado (que daría para escribir otra nota) y que pagando 17 rupias ( o sea como 10cts de dólar) no hace llagar a nuestra ciudad querida. También ya estamos preparados para la vuelta…cada vez vamos aprendiendo más.
Así la vuelta la hacemos en el mismo tren , pero en la tarde.
Nos preparamos con mucho tiempo para evitar imprevistos. Llegamos a la estación que es fascinante y especial también porque Haridwar es una ciudad de peregrinación muy sagrada, donde vienen de todas partes a hacer sus ofrendas al Ganges. Es una especie de Varanasi más pequeña (y de todos modos, con el Ganges más limpio, ya que está más cerca de su nacimiento). La estación está siempre llena.
Todos quieren subir al tren. Llama la atención nuevamente sus atuendos. Casi la mayoría de los pasajeros son sadhus, yoghis, maestros o bien peregrinos y familias. Los padres de familia que han traído a sus esposas y niños a purificarse, llevan grandes bidones de agua sagrada del Ganges que les servirán para sus “pujas” (oraciones) de vuelta a casa.
Nos sentamos a esperar y mirar ese mundo….Muchos trenes, muchos dulces y juegos de luces que revelan el destino, junto a santos de verdad (¿?.).. Es un mundo colorido, bello y caótico y después de reconocerlo ya no nos pone nerviosos….
Vemos a pocos metros la partida de trenes que se empiezan a llenar, de personas “santificadas” que suben, se sientan en el suelo, en el pasillo, o dejan pasar hacia no se sabe donde al que viene atrás, sin un gesto agresivo, sin molestias…denuevo experimentamos en directo cómo viven el respeto y la tolerancia, con generosidad para darle un espacio a cada persona del planeta, sea quien sea…muchos viejos, parecen especialmente venerados, con sus cayados y sus morrales, suben serenamente… todos caben en ese espacio estrecho…
Llega nuestro tren, nuestro carro viene mas despejado. Esta vez encontramos fácilmente nuestro tren, carro y asientos…ya no hay temor …
Recordando una vez mas la película, “Viaje a Darjeeling”, viajamos de vuelta a Delhi, repasando todos los pasajes y estaciones de este viaje…
Llegamos a la estación en la noche… ahora parece que ya aprendimos mejor cómo hacerlo, aunque en este país nunca se termina de aprender…
Y así fue nuestra aventura…Al fin tuvimos la experiencia de los trenes indios, ya no nos cuentan cuentos, descubrimos que de verdad es más complicada la vivencia de lo que pasa afuera que lo que finalmente pasa adentro….
Así y con todo, NO lo dejen de vivir, si tienen la oportunidad, se los recomiendo!
Publicadas por Carmen Pinto a la/s 9:11 p. m. 0 escribe y manda señas
Etiquetas: The Darjeeling Limited, trenes indios